Volver a enamorarse cuando creías que ya no podías volver a enamorarte.
Reirte hasta que te duele la panza.
Encontrar miles de e-mails de tus amigos cuando vuelves de las vacaciones.
El nacimiento de un hijo.
Saber que eres el refugio de alguien cuando ese alguien se siente afligido.
Tener a alguien con quien acurrucarte en la cama en una tarde muy fría y lluviosa.
Escuchar tu canción favorita en la radio.
Encontrar casualmente entre tus cosas un dibujo que te regaló tu hijo o hija.
Acostarte en tu cama y escuchar como llueve afuera.
Aprobar tu último examen.
Poder “estar de vacaciones” fuera de casa.
Recibir una llamada de alguien que hace mucho que no ves y que te quiere ver.
Una buena conversación con un ser querido.
Encontrar mensajes en tu contestador telefónico cada vez que regresas a casa.
Escuchar accidentalmente que alguien dice algo bueno de ti.
Tener a alguien que te dice “abrígate que hace frío”.
Detener el auto en el medio de la nada a escuchar como cae la lluvia sobre el techo.
Descubrir a un amigo que no sabías que quería ser tu amigo o amiga.
Despertarte pensando que ya tienes que levantarte y darte cuenta de que todavía puedes seguir durmiendo un par de horas más.
Que alguien te diga, “gracias por escucharme”.
Escuchar una canción que te hace recordar a “esa persona especial”.
Oler un aroma y recordar así, a “esa persona especial”.
Ser parte de un equipo de trabajo.
Ganarse un ascenso en el trabajo.
Recibir un aumento de sueldo cuando no lo esperabas.
El primer beso en la boca.
Que alguien te diga “gracias por tu consejo”.
Ver a un amigo y recordar que tienes muchas historias en común; saber que ese amigo o amiga es parte de tu historia.
Ver una película montones de veces y emocionarte siempre en las mismas escenas.
Hacer nuevos amigos.
Que alguien te diga que algo te queda bien.
Conocer gente “nueva” y asombrarte por descubrir cuanta gente “linda” existe.
Extrañar a alguien en cuanto ya no estás con el o ella.
Reunirte con viejos amigos solamente para recordar siempre las mismas “viejas anécdotas”, esas que puedes recordar miles de veces y siempre disfrutas como si fuera la primera vez.
Pasar un momento con tus mejores amigos, haciendo lo que sea.
Ver felices a las personas que quieres.
Que alguien te llame solo para decirte: “tenía ganas de decirte que te amo”.
Ver sanas y saludables a las personas que quieres.
Usar una prenda de la persona que te amas y que todavía huela a su perfume.
Volver a ver a un viejo amigo, uno que no ves desde hace mucho tiempo y sentir que el tiempo no pasó y que tu amistad no cambió.
Curarte de una enfermedad.
Tener a alguien que acepta todos tus defectos y ama todas tus virtudes; que te acepta tal y como eres.
Mirar una puesta de sol junto a la persona que amas.
Que te hagan sentir orgulloso por tu hijo o hija.
Tener a alguien que te diga que te quiere y que te extraña.
Que alguien hable bien de ti delante de otros.
Tener a alguien que valora de ti aquello que ni siquiera tu valoras.
Tener a alguien que te muestra tus errores porque quiere que seas mejor, no porque no los acepta.
Tener a alguien que se da cuenta cuando no estás.
Tener a alguien que te espera en casa.
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